Mi marca nació de una pasión por la moda indescriptible, una vocación que me acompaña desde niña y que con el tiempo se transformó en un sueño imposible de ignorar. Para mí, crear no es una elección, sino la manera más honesta de expresar mi arte y mis pensamientos. Cada colección refleja también el proceso personal en el que me encuentro, porque la moda, más que ropa, es un lenguaje vivo.
Hace 7 años decidí transformar esa pasión en lo que hoy es mi marca: un proyecto dedicado al diseño y producción de moda contemporánea, pensado para mujeres que buscan prendas diferentes, con estilo propio y atemporales. Desde el inicio, he trabajado con la convicción de que la ropa puede convertirse en una extensión de la identidad, un puente entre lo cotidiano y lo extraordinario.
Mi inspiración surge de muchos lugares: la luna, las formas orgánicas que encuentro en la naturaleza, los contrastes que aparecen en distintos aspectos de mi vida y, sobre todo, de las historias que me rodean. Me atraen los detalles que a menudo pasan desapercibidos —una textura, un contraste, una silueta— y a partir de ellos construyo piezas con carácter y sofisticación. Cada detalle de cada prenda pasa por mis manos, porque creo que la moda se construye con dedicación, precisión y pasión por los detalles.
Los valores que guían mi trabajo son claros: autenticidad, creatividad, determinación y resiliencia. Son el hilo conductor de cada colección y definen la esencia de la marca.
Mi propósito es crear piezas que acompañen a las mujeres en distintos momentos de su vida. Quiero que cada diseño sea más que una prenda: que sea un espacio donde puedan encontrarse con su propia fuerza, estilo y autenticidad.